sábado, 31 de octubre de 2015

Comprender y acoger la Misericordia divina

El 8 de diciembre comenzaremos, en la Iglesia, el Año Santo, que será un Año de la Misericordia. Escucharemos hablar mucho sobre la misericordia.


Por eso, nos parece oportuno, en estas próximas semanas, profundizar en el contenido de esta palabra, particularmente en los textos de los dos últimos Papas: San Juan Pablo II y Benedicto XVI; pero también en los escritos de otros santos, como Santa Faustina Kowalska —a quien debemos el fuerte acento de los últimos pontificados sobre este tema central de nuestra fe, especialmente en la época en que vivimos—, y San Josemaría Escrivá de Balaguer, que también tiene una enseñanza muy rica sobre la Misericordia.

Además, dedicaremos algunos posts a reproducir frases sobre la Misericordia en los “Dictados de Jesús a Marga” (Tomo Rojo: “La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús”).   

Es conocida la entrevista que le hicieron a San Juan Pablo II en Alemania poco antes de sufrir el atentado del 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro.

En aquella ocasión, a la pregunta sobre qué cosas sucederán en la Iglesia respondió:

"Debemos de prepararnos a soportar dentro de no mucho tiempo grandes pruebas las cuales nos exigirán la disposición de nuestra vida y una dedicación total a Cristo y para Cristo. Con la oración vuestra y la mía es posible mitigar esta tribulación, pero no es posible eliminarla, porque sólo así la Iglesia puede ser efectivamente renovada. ¡Cuántas veces de la sangre ha emergido la renovación de la Iglesia! También esta vez no será diferente. Debemos de ser fuertes, prepararnos, confiar en Cristo y en su Madre Santísima" (ver Virgen de Garabandal).

Actualmente la Iglesia está bebiendo el cáliz amargo del sufrimiento, y las tinieblas de la falta de fe y de la infidelidad se esparcen cada vez más dentro de Ella (cfr. Con Voz de Madre, p. 185).

Tanto San Juan Pablo II como Benedicto XVI no se cansaron de invitar a todos los hombres a la penitencia, a la conversión y a la confianza en la Misericordia divina.

San Juan Pablo II dejó escrito el texto que debía leerse en el mensaje del Ángelus el día de la Divina Misericordia, 2 de abril del año 2005. El Papa murió en la víspera de esa fiesta. Ese texto, que es como su testamento para toda la humanidad dice lo siguiente:  

“A la humanidad, que a veces parece extraviada y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo, el Señor resucitado le ofrece como don su amor que perdona, reconcilia y suscita de nuevo la esperanza. Es un amor que convierte los corazones y da la paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Misericordia divina!

Señor, que con tu muerte y resurrección revelas el amor del Padre, creemos en ti y con confianza te repetimos hoy: ¡Jesús, confío en ti, ten misericordia de nosotros y del mundo entero!”.

Dios quiso convertir a San Juan Pablo II en el portavoz de la Misericordia del mismo modo que quiso convertir a Santa Faustina en su secretaria. Portavoz y secretaria no hicieron sino descubrirnos los escondidos tesoros de la Misericordia que nos han sido abiertos (cfr. Cesar Uribarri, Cuando sólo queda la Misericordia. Domingo de la Divina Misericordia, actualizado el 13 de abril de 2012, publicado en Religión en Libertad.

Jesús dijo a Santa Faustina Kowalska: “Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mí misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a mí, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solamente el primer domingo después de la Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que se dirija a la Fuente de Mi misericordia”. 


sábado, 24 de octubre de 2015

"Yo Soy el Amor dado al mundo para su salvación"

Las lecturas de la Misa de este domingo XXX durante el año (Ciclo B) nos dan pie para profundizar en en el significado de una palabra que actualmente se utiliza poco, pero que siempre ha tenido una gran importancia en la vida cristiana: la palabra “salvación”.


En la Primera Lectura, el profeta Jeremías (cfr. Jer 31, 7-9) se hace eco de la invitación del Señor a su Pueblo: “proclamad, alabad y decid: ¡El Señor ha salvado a su pueblo, ha salvado al resto de Israel!” (Jer 31, 7). Y en el Evangelio de la Misa, leeremos mañana el relato que hace Marcos de la curación del ciego de nacimiento, Bartimeo. Jesús nos salva de la ceguera y la oscuridad y nos concede la visión nueva y la luz de la fe.

Antes, había la conciencia, entre los cristianos (también, fuertemente, entre los católicos) que lo único importante en la vida es conseguir “la salvación”: salvarse uno mismo y procurar colaborar en la salvación de muchos hermanos nuestros: cuantos más, mejor.

Es verdad que esta expresión podría tener una connotación reductiva: salvarse del infierno, salvarse de la condenación eterna. Pero, los que comprendían mejor su significado, buscaban algo más: salvarse del pecado para poder vivir en Cristo y así estar preparados para salvarse definitivamente e ir al Cielo, a la Vida eterna, después de la muerte.

Las palabras de Cristo estaban profundamente grabadas en la conciencia cristiana: “De qué sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma” (Mt 16, 26).

Todos sabían, al mismo tiempo, que para salvarse había que estar en gracia y no morir en pecado mortal. Y, como no sabemos cuándo llegará el momento de la muerte, hay que procurar estar siempre en gracia.

Siempre se ha entendido que Cristo ha venido al mundo a salvarnos del pecado, de la muerte eterna y del demonio. Cristo es Nuestro Salvador, y tenemos absoluta necesidad de acudir a Él en estos momentos de la historia en que abunda el pecado, muchos hombres están en peligro de perder la vida eterna y el maligno está más activo que nunca, como león rugiente buscando qué presa devorar. Sobre este último punto, vale la pena leer una de las intervenciones del Cardenal Robert Sarah en el Sínodo de Obispos en la que señala el indudable origen demoniaco de las masacres islámicas de ISIS y las exigencias libertarias de la ideología de genero.  

La palabra “salvación” es sinónima de “santificación”. Pero esta última tiene un significado más positivo: no sólo hay que salvarse de las llamas del infierno. Se añade algo más: no se trata sólo de salvarse (si se entiende esta palabra con un significado minimalista), sino de ser santos (perfectos en el Amor). Dios nos ha creado para que seamos santos, a todos los hombres (cfr. Ef 4, 1): desea nuestra santificación. Es decir, desea que participemos en su Amor por toda la eternidad.

La salvación no es obra de nuestras fuerzas. Aunque es importante y necesario que cada uno colaboremos para alcanzar esa meta, la salvación de nuestras almas es obra de la gracia: es obra de Dios.

Dios es quien nos salva de la muerte, del pecado y del demonio. Dios es quien nos santifica. Esta tarea se atribuye especialmente al Espíritu Santo, el Santificador.

Salvan la verdad y la fe (cfr. Encíclica Veritatis splendor de san Juan Pablo II). Salva la esperanza (cfr. Encíclica Spe salvi de Benedicto XVI). Salva el dolor (cfr. la Encíclica Salvifici doloris, de san Juan Pablo II). Y, sobre todo, salva el Amor (cfr. 1 Cor 13).

Pues, así como antes, en la conciencia cristiana, estaba muy metida la necesidad de la propia salvación como lo “único importante”, también ahora conviene fomentarla en la Iglesia.

Veamos algunos ejemplos de la utilización de esta palabra en la literatura espiritual cristiana. Nos fijaremos especialmente en dos autores: san Josemaría Escrivá de Balaguer y los Mensajes de Jesús y María a Marga.

Camino 192:
“Siempre sales vencido. –Proponte, cada vez, la salvación de un alma determinada, o su santificación, o su vocación al apostolado... –Así estoy seguro de tu victoria”.

Camino 550:
“Ideo omnia sustineo propter electos" –todo lo sufro, por los escogidos, "ut et ipsi salutem consequantur" –para que ellos obtengan la salvación, "quae est in Christo Jesu" –que está en Cristo Jesús.
–¡Buen modo de vivir la Comunión de los Santos! –Pide al Señor que te dé ese espíritu de San Pablo”.

Camino 796:
“Pequeño amor es el tuyo si no sientes el celo por la salvación de todas las almas. –Pobre amor es el tuyo si no tienes ansias de pegar tu locura a otros apóstoles”.

Amigos de Dios, 9:
“Por esto precisamente, he predicado siempre que nos interesan todas las almas –de cien, las cien–, sin discriminaciones de ningún género, con la certeza de que Jesucristo nos ha redimido a todos, y quiere emplearnos a unos pocos, a pesar de nuestra nulidad personal, para que demos a conocer esta salvación”.

Mensaje de Jesús a Marga (11 jul 1998):
“Vive en Mí. Habita en mi Corazón. Mansión eterna. Mansión dichosa para ti y para los hombres. Para todos los que quieran venir a Mí.
¡Venid a Mí! Y aprended de Mí, que me entrego a vosotros para vuestra salvación.
Aquí está el Árbol de la Vida.
Aquí está la Fuente de tu vida.
Aquí está el Amor no amado.
Aquí está vuestra Salvación”.

Mensaje de María a Marga (15 ago 1998):
“¡Niños, niños! ¿Qué hacéis? ¿Qué hacéis con vuestra alma? ¿Qué hacéis con vuestra salvación?”. 

Mensaje de Jesús a Marga (4 dic 1998):
“Todo, todo está pensado para vuestra salvación. Y cuando quiero, mi Corazón tiene efusiones más ardientes. Sabed reconocerlas, porque ahí están. Abrid vuestras manos, abrid vuestros ojos, abrid vuestro corazón”.

Mensaje de Jesús a Marga (30 ene 1999):
“Yo encuentro mis delicias con los hijos de los hombres.
Venid a formar parte de mis manjares. Yo Soy vuestro Manjar, Yo estoy a vuestro alcance. Comed de Mí, bebed de Mí. Me doy a vosotros para vuestra salvación.

Mensaje de la Virgen a Marga (9 abr 1999):
“Esta es la Hora, éste es el tiempo destinado por su Infinita Misericordia, éste es el tiempo de vuestra salvación”.

Mensaje de la Virgen a Marga (17 may 1999):
“Bendito Apostolado de la Oración, bendita salvación para los pecadores que otro se ofrezca por el condenado. Bendito amor verdadero, el que da la vida por sus hermanos. Benditos seáis todos los que os sacrificáis y oráis por los pecadores”.

Mensaje de Jesús a Marga (22 jun 1999):
“Yo Soy el Amor, el Amor dado al mundo para su salvación, para sanarlos de su enfermedad, para curar su pecado, limpiar su delito”.



sábado, 17 de octubre de 2015

La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús

En este blog hemos ido recogiendo muchos mensajes recibidos por Marga, la mujer española, esposa y madre de familia que ha publicado dos libros (en 2008 y en 2012) con el contenido de las revelaciones privadas comunicadas por Jesús y por María a ella.


El primer libro (Tomo Rojo) lleva por título “La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús” (VDCJ), y el segundo (Tomo Azul): “El Triunfo de la Inmaculada”. Marga ha prometido un tercer libro, que llevará por título: “El Reinado Eucarístico”.
Hasta ahora  no hemos sabido mucho acerca de Marga, pero sí lo principal. Como es lógico, nos encantaría conocer más datos de su vida, de su experiencia. Nos gustaría saber más cosas de su relación con Jesús y con Nuestra Señora, y conocer el contenido de los mensajes en cuanto los recibe, sin tener que esperar a que escriba un libro.
Sin embargo, se ve que el Señor y la Virgen la orientan de una determinada manera y, en definitiva, es mejor conformarnos y alegrarnos con el plan de Dios sin querer saber más de lo que Él quiere darnos a conocer, poco a poco.
Recientemente en el blog de la página web (cfr. ) ha aparecido un audio (con el texto adjunto) de una conferencia que dio en España, el 29 de junio de 2015 (Solemnidad del Corazón de Jesús), un hombre —no sabemos su nombre— que conoció a Marga hace doce años. Desde entonces ha colaborado con ella en grupos de oración y en el apostolado (que incluye la edición de los libros).
La conferencia dura 38:20 minutos. Vale la pena escucharla completa:


El conferencista explica qué son las revelaciones privadas y cuál es su papel dentro de lo que Dios quiere comunicarnos. No forman parte de la revelación pública pero no por eso son poco importantes. Dios desea que las escuchemos pues nos ayudan, en una determinada época de la Iglesia, a conocer más plenamente su plan para la humanidad.
Siempre hay que discernir si son verdaderas o falsas. El conferencista da su testimonio personal a favor de Marga. Dice que es una mujer sencilla y normal, y que ha ido creciendo en las virtudes y el amor de Dios desde que él la conoció.
Además, sus libros los han leído más de cien sacerdotes —muchos de ellos con un doctorado en teología— y se han enviado a todos los obispos de España. Hasta ahora nadie ha señalado un error teológico en su contenido.
El Señor, a través de sus dictados a Marga, desea que profundicemos en la devoción al Corazón de Jesús, que es el centro de la verdadera espiritualidad cristiana, tal como lo han hecho notar tantos documentos del Magisterio de la Iglesia y tantos santos y santas en los últimos siglos (por ejemplo, Santa Teresa de Lisieux, Santa Faustina Kowalska, San Jossemaría Escriva, San Juan Pablo II…).
El conferencista señala cuatro rasgos fundamentales de la devoción al Corazón de Jesús:
1.   Un amor puro y total entregado de Cristo y a Cristo. Los que viven esta devoción son quienes avanzan más rápido a la santidad.
2.   Un abandono confiado, alegre y pleno de felicidad en el Corazón de Jesús, abandonando en Él todas las cosas.
3.   Componente de reparación: se vive la reparación al Corazón de Jesús, porque el sufrimiento de Cristo es el sufrimiento del que ama profundamente Su Corazón.
4.   Componente Eucarístico: quien vive la Verdadera Devoción al Corazón de Jesús, tiene su vida centrada en la Eucaristía, y sólo en ella encuentra su razón de ser cristiano.
Por último, también menciona cómo la devoción al Corazón de Jesús, que va ligada íntimamente a la devoción al Corazón Inmaculado de María, nos prepara, en estos últimos tiempos, para el Reinado Eucarístico de Jesucristo, del cual se habla mucho en los mensajes.
Nos parece que tenemos muchos motivos para creer que los mensajes que recibe Marga son verdaderos. La mejor manera de darse cuenta de esto es leerlos y meditarlos despacio, si es posible frente a Jesús en la Eucaristía. Tanta riqueza, tanta belleza, y tanta verdad y amor no es posible que proceda más que de Dios.
Nos da también mucha alegría saber que en un buen número de esos mensajes, la Virgen menciona las apariciones en Garabandal como auténticas.   



sábado, 10 de octubre de 2015

"¡Pedidme! Pedidme día y noche que venga"

Con el mensaje de Jesús a Marga, del 16 de julio de 2008 —que reproducimos completo a continuación—, en la festividad de la Virgen del Carmen, terminan los mensajes en los que aparece la palabra “Tribulación” en el Tomo Rojo (primer tomo de los mensajes recibidos por Marga, del 11 de julio de 1998 al 18 de julio de 2008).


Al parecer, los tres años finales de la “Gran Tribulación” corresponden a lo que la Virgen anunció a las niñas de Garabandal como el “Castigo”, que vendrá después del “Aviso” y del “Milagro”.

Jesús nos invita a pedir, con mucha fe, su Venida: “¡Pedidme! Pedidme día y noche que venga. ¡Y vendré! ¡Vendré para regir la tierra!”.

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Mensaje de Jesús a Marga (16 de julio de 2008)

Este don no es importante porque tú eres importante, sino porque Yo Soy Importante y tengo un Mensaje que decir a la humanidad. Porque Yo quiero seguir instruyéndola hasta el fin de los siglos. Y esa instrucción debe llegar al Resto. El Resto de Israel (cfr. Jr 31,7; Ez 9,8; 11,13; Miq 2,12; Neh 11,20). Me comunico estos días para el Resto de Israel. Según profetizado desde antiguo, quedará un Resto en Israel, en el Terror de los Últimos días, un Resto en la Persecución, que será fiel a la enseñanza tradicional, sobre el que Yo me derramaré e instruiré, marcaré el camino por medio de estos mis pequeños arquitectos.
Porque todo se ha vuelto oscuro, hoy, más que nunca, es necesario este don.
Mira el mundo convulsionado. El mundo está convulsionado por el desamor. Sobre todo por el desamor que reina.
El Anticristo lo hace ya abiertamente y, desatando su ira contra Mí, persigue a mis cristianos y deja abolida la Eucaristía. En su lugar, efigies del anticristo presiden «celebraciones de paz». Se logra una pretendida, aparente paz en este mundo convulsionado. La logra él. Por lo que le alaban.
Mírame a Mí escondido. Lo hago en tu casa y en las casas de los míos. Mis templos son vuestros lugares, iglesias domésticas. Todavía entonces estoy más escondido. Porque si lograran asirme, sería otra vez asesinado. Se cometería sacrilegio.
Ellos piensan: «La Iglesia no ha conseguido la paz ni el ecumenismo que predice, sin embargo, Lucifer, ése sí nos ha dado la paz y la prosperidad».
Veíamos ayer cómo la imagen de mi Corazón era la mejor manera que ha tenido el Padre para escenificaros su Amor. Es la manera más idónea de acercarse a comprender el Amor de Dios, que se ha manifestado en su Hijo-Hombre por medio del Espíritu Santo. Y con este medio de mi Imagen, pública y honrada, Yo atraeré a todos los hombres a Mí.
En la Revelación de la Misericordia divina a Sor Faustina Kowalska, se escenificó las Gracias derramadas sobre el mundo desde mi Sagrado Corazón. Una Devoción a la que Yo acompañé de Gracias especialísimas con un último intento ya de atraer a todos los hombres hacia Mí. Y con ella terminó para este Tiempo la Revelación de mi Sagrado  Corazón.
Lo que a ti te comunico es mi Sagrado Corazón para un Tiempo Nuevo. Donde la antigua tierra ha pasado. «Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva» (cfr. Ap 21,1s)..
En esta época estáis entrando. Para ello, el pecado ha de ser destruido. Destruida la Abominación de la Desolación. Destruidas las obras de pecado y el artífice de la Iniquidad. Para que reine Yo en mi Reino Nuevo, en medio de mi Santuario. El cual será Torrente que lleva las Aguas caudalosas a tener su anclaje en el fondo de los corazones de sus fieles. De su Seno, manarán ríos de Agua Viva (cfr. Jn 7,37s).
¿Qué es esto? Esto que Yo te comunico y está anunciado. De la Custodia, en Permanente Adoración en los Templos, manarán Gracias a raudales, para algunos incluso visibles, sensibles para todos. No se cerrarán a los fieles (los Templos). Día y noche permanecerán en Adoración. No se me dejará jamás solo, como eso que ves hoy en día que ocurre. «Dios-con-vosotros» no será abandonado ya jamás. Será un anticipo del Cielo. En el Cielo también hay Adoración Eucarística. La Eucaristía es eterna.
Estaba todo tan oculto, había tanto pecado en vuestro suelo, que pensaréis cómo os había sido posible la vida allí.
¿Y cuándo resucitemos? (palabras de Marga)
Eso ahora no alcanzas a comprenderlo. La humanidad no se encuentra preparada para esa Revelación. Está preparada para esta que te cuento ahora. No obstante, no todos. Por eso te digo, hija, que dirijo este Libro principalmente para mi Resto en la tierra. Los «Anawim», los «pobres de Yahveh.» Sed pobres para poder y para saber recibirlo. Cuando todos conozcáis mis Secretos Profundos, revelados a través de mi Corazón.
Mira, será necesario salir en mi defensa. Porque me roban de los Templos. A los defensores de mi Eucaristía, Yo les revelaré mis Secretos Profundos de Amor.
Hija mía, después del Desastre, todo quedará destruido. Se saquearán los Templos. Las Hostias Consagradas, que quedan en los Sagrarios, serán profanadas. Se cogerán para misas sacrílegas y para satánicos rituales. Los que seáis más valientes, salid a defendedme, pues se acabará con vuestra vida.
Los no partidarios de Dios, enloquecerán de tal forma, que se volverán endemoniados. El Demonio hará presa en ellos. Satanás se adueñará del mundo. En ese momento, se acabó el Tiempo de conversión otorgado por mi Misericordia. Y al hombre no le será posible ya convertirse ni volver a Mí. Le ha sido dado el Poder al Demonio para atraerse a todos los hombres a él. «Cuando Yo sea tirado por tierra y pisoteado, él atraerá a todos los hombres a sí» (cfr. Al revés que Jn 12,32). Esto es lo contrario de mis Promesas.
Cuando aboláis la Eucaristía.
En el mundo, si no se celebra la Eucaristía, se acaba la vida, y se va enfriando poco a poco. El sol os abandonará. Será una época de mucha carestía.
Idearán una forma de abastecer a mi población, basada en una señal que os implantarán en la mano o en la frente. Así seréis controlados. Así los demonios que moran en los sepulcros, se abalanzarán sobre vosotros, los santos, pretendiendo daros muerte. Algunos lo conseguirán.
Si la persona está señalada con esta marca, es señal para ellos de no haceros daño.
Si la persona no la lleva, señal de que no se ha plegado al sistema: os atacarán.
Para ello es lo que os digo:
-  Llevad siempre con vosotros objetos bendecidos.
-  Bendecid vuestras casas para que no sean asaltadas. Llenadlas de objetos bendecidos y de Agua bendita y exorcizada, que renovaréis periódicamente.
Así, con la señal, las personas podrán comprar o vender. No así vosotros.
Se creará, al margen, como un comercio entre vosotros, oculto, basado en la caridad fraterna y en el Amor. Para subsistir. Sobre todo, viviréis de la Eucaristía. Será vuestro alimento, que se reproducirá. Cada día lo necesario (cfr. Ex 16,4-36). No temáis.
Entre vosotros os abasteceréis. Con mis alimentos bendecidos. Con mis sacerdotes santos, que celebrarán a escondidas, a riesgo de su vida y la vuestra.
Jesús mío: ¿se entrará en las casas para registrarlas?
No. Simplemente os embargan, y os dejan morir de hambre. Seréis muy pocos los que no os pondréis la señal en la mano o en la frente. Advertidos por mis profetas.
Os parecerá muy largo este tiempo. Serán tres años.
Los supervivientes del Desastre, entraréis en el Cénit de la Gran Tribulación.
Es el Triunfo de la Iniquidad. Es la Abominación de la Desolación (cfr. Dn 9,27; 11,31; 12,11; Mt 24,15; Mc 13,14).
La tierra entera será llena de cadáveres. Los cadáveres son estos muertos vivientes que, por su sustento, se venden al Impostor y hacen trato con la Bestia, dándole su propia vida a cambio. Jugando con su condenación. Hasta que Yo, Yo mismo, baje y los destruya a todos.
¡Pedidme! Pedidme día y noche que venga. ¡Y vendré! ¡Vendré para regir la tierra! (cfr. Sal 96,13). Destruiré al adversario y pondré fin a la Iniquidad, mataré a todos los impíos y sobre la tierra ya no habrá más desolación.
Aparecerá una noche toda la tierra llena de cadáveres, porque daré paso a mi Ángel que, como en Egipto, les herirá (cfr. Ex 12,29).
Y  una lluvia restauradora borrará todo de vuestra vista. Y saldrá el Sol. Y me estableceré en lo alto del Santuario, para reinar


sábado, 3 de octubre de 2015

“Os estáis imaginando la Gran Tribulación como no es” (la Virgen a Marga)

Jesús y María, en el año 2008, comunicaron a Marga —como instrumento suyo para difundirlo a toda la humanidad (ver Tomo Rojo)— revelaciones privadas de gran valor y consuelo, como las que se refieren a la época de la Gran Tribulación y de lo que vendrá antes y después. Meditemos con recogimiento estas palabras sobrenaturales y demos gracias a Dios, y a Nuestra Madre, por manifestarnos su amor de modo tan patente.


La Virgen a Marga (25-IV-2008) (mensaje completo)

Hola, Pequeña mía.
Mi Amor por vosotros es semejante... os amo como ama una madre a su hijito pequeño, aún de pecho.
   Marga: Mamá, ¿por qué a veces me dices lo que quiero saber? Te pregunto y respondes.
Porque me gusta hacer esto con algunas de mis criaturas.
¿Y cuál es la razón?
Siempre buscando un bien mayor. Contigo hago mucho bien a más gente. Quiero el bien de todas mis criaturas. Y para eso empleo a algunas. Sois como mis altavoces. A través de vosotras, llego a muchas almas. Despierto, curo, cuido y alimento a alguna, y ésa me sirve de altavoz. Es la Inteligencia de Dios. ¿Los Planes de Dios?
Sí. Los medios que Él emplea. Sois medios empleados por Él, cauces.
Oh. Pequeña... pequeña... Hija... tengo que decirte que, veas lo que veas, no temas.
Te pongo como signo de contradicción. Por tu medio, muchos tropezarán y a otros elevarás.
¡Oh, los Tiempos de la Gran Tribulación!
¡Oh, caminad! Qué oscuro se ha vuelto el Camino, qué estrecho. ¡Pero en medio de esos caminos, Yo preparo Profetas de la Salvación, que indicarán a mi grey el Camino a seguir!

La Virgen a Marga (7-V-2008) (mensaje completo)

Os estáis imaginando la Gran Tribulación como no es: Sufrimiento y ningún tipo de consuelo. No es así. No será así. Me tendréis a Mí. Tendréis mi Presencia en vuestra casa, tan real, que olvidaréis todos los sufrimientos.

Jesús a Marga (28-VI-2008) (mensaje completo)

(Exposición del Santísimo)
Mirad cómo, en Adoración a mi Majestad, todos vuestros problemas desaparecen. Mirad cómo la Adoración Eucarística es la solución a todos vuestros males. Acercaos a Mí, y de Mí recibiréis mis consuelos. Sí, Yo estoy dadivoso en este Sacramento de Amor. Yo estoy vulnerable. Yo estoy expuesto a ti, a tus amores o a tus ingratitudes.
Te preguntas cómo puede tener lugar mi Reinado Eucarístico, si antes, lo predicho, está la abolición de mi Eucaristía.
Habrá un periodo en mi Iglesia muy negro -y ahora se prepara-, en el que parecerá que la Iglesia ha desaparecido. Todo lo que hasta ahora se ha creído se dejará de creer. Desaparecerá mi Eucaristía del culto público. Sólo quedará el privado. Oficialmente, la Eucaristía será abolida. Será «la abominación de la desolación» (cfr. Dn 9, 27; 11, 31; 12, 11; Mt 24, 15; Mc 13, 14). Los Templos muertos, donde no se me adorará ya. Es un Templo muerto.
En su lugar, Yo mantendré a mi Verdadera Iglesia erguida, pero será una Iglesia de las catacumbas. Estará escondida. Sí se consagrará y se realizará el Sacrificio, aunque sea abolido oficialmente.
   Marga: Jesús mío, estamos mal, pero me cuesta creer que lleguemos a eso. ¿Cómo?
Ocurrirá el Desastre, y ya nada volverá a ser como antes.
Hay un Aviso, que está cerca. Y un Castigo. En el Castigo, mucho será destruido. Y habrá muchos hombres que, supervivientes, sean dominados de Satanás. Entonces, por un pretendido «cuidado», se cerrarán los Templos que queden en pie. Será peligroso salir a la calle, pues en la calle moran los endemoniados.
En este momento, desde la iglesia, se va a propiciar una ayuda para el pueblo, que muere de sed, muere de hambre. Y esta ayuda sólo la recibirán los que tengan la marca de la bestia.
Antes del Desastre, vendrá mi Cisma. El Gran Cisma. Y la Iglesia Verdadera desaparecerá para dar paso a la nueva. En esta nueva sobre todo hay una vertiente social. Con la excusa de que no haya profanaciones eucarísticas, la Eucaristía será abolida. No se permitirá a los sacerdotes celebrar en público por los abusos y peligros. Pero al mismo tiempo, se fomentará en los hombres lo diabólico. Y que campen por sus anchas. Será peligroso salir a la calle, sí.
Estaréis así un periodo. El que permita mi Padre Dios, acortado por las súplicas de una Madre y de la muchedumbre de mis almas víctimas.
No se podrá comprar o vender si no tienes la marca de la bestia.
El impío, el adversario, se erigirá en su Trono pretendiendo dominaros. Realmente parecerá que todo el mundo está en su mano.
¿Y cómo acabará esto?
Al adversario lo derrocará el Poder de Dios. Nada ni nadie, salvo Dios. Lo derribará de su Trono. Y con él, las obras del mundo y de su Poder.
Yo vendré. Bajaré del Cielo, y conmigo la Jerusalén Celeste (cfr. Ap 3, 12; 21, 2).
Y vendré a establecer mi Morada entre vosotros, los que habéis permanecido fieles. Con ellos construiré la Nueva Jerusalén.
Y  no habrá ya más llanto y corrupción (cfr. Ap 21, 4).
Volveré a establecerme en el Centro del Santuario. Y habrá Adoración Perpetua en todos los Templos.
La vida de los que en Mí creen será eminentemente eucarística. En Ella, ya no sólo creeréis por la fe, sino por los sentidos exteriores e interiores. Me comunicaré a todos en Efusión de Amor. Y me haré visible a muchos.
Viviré íntimamente con el hombre sobre la tierra. En la que ha venido ya una Nueva Creación. En la que Yo he derramado mi Espíritu y he hecho nacer una Nueva Creación. Todas las cosas renovadas. Y el hombre no vivirá ya más en pecado. Aunque pecado habrá, pero el hombre no vivirá más ya inmerso en él.
Imagínate los Templos visitados día y noche. Imagínate un mundo donde sólo se me busque a Mí.
Falta mucho para esto.
Pasad primero por la Gran Tribulación. Se os perseguirá, se os perseguirá. Pero permaneced fieles. Lo que os espera luego es dichoso, es tremendo, ¡grandioso!
   Marga: Jesús, ¿qué tiene que ver esto con «La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús»?
Estamos en el inicio del dictado. Ten paciencia. Amén.
Mi Amor se os ha ido revelando poco a poco. Desde el comienzo de los hombres, desde la Creación.
Yo os manifesté mi Amor desde la Creación, aunque existiera antes. Todo lo hice para ti, alma mía. Y poco a poco se os ha ido mostrando más apasionadamente. Se os ha manifestado más visiblemente. Hasta con Promesas y con gracias especiales.
En esta Hora de la Historia, Yo me quiero manifestar todavía más, porque es una Hora en la que reina el pecado.
Diréis que la máxima manifestación del Amor de Dios está en enviar a su Hijo a redimiros. Y Yo os digo que la máxima manifestación del Amor de Dios está en la instauración de la Eucaristía. De instaurar ese Sacramento en medio de vosotros. Este es el máximo exponente de mi Amor.
Para adorarme verdaderamente en este Sacramento de Amor, Yo he manifestado la Devoción a mi Sacratísimo Corazón.
La cumbre es la Eucaristía. Toda la Revelación de esta Devoción es eminentemente eucarística, y culmina en Ella.
Dios se ha hecho Hombre por Amor. Pero Dios ha recogido su Humanidad en un pedazo de Pan, por tu Amor. Para que tú, tú y tú, hombre de todos los tiempos, pudieras llegar a una íntima Comunión con El, superior a aquella que tuvieron los Apóstoles conmigo en mis tres años de vida pública. O la que tenían la Virgen, María Magdalena y San Juan al pie de la Cruz. Dios quiere haceros depositarios a cada uno de vosotros de la unión que tuvo con sus discípulos predilectos.
Es más, por medio de la unión con la Eucaristía, llegáis a ser mi Madre para Mí (cfr. Mt 12, 50; Mc 3, 35). Vuestro corazón tiene el poder de convertirse en el Corazón de María por la unión Eucarística. Albergadme en vuestro corazón como me albergó María. Haced la prueba. Sólo haced la prueba. Abrid esa Puerta. Esa Puerta de los Tesoros Eucarísticos de Comunión destinados para mis elegidos, ¡y para todos los hombres! Vivid esa vida eucarística con María.
Estad en Gracia. En permanente estado de Gracia, para que Yo pueda habitar en vosotros. Para que me dejéis libertad plena para actuar en vosotros.
Por eso te digo: Toda mi Revelación de mi Corazón culmina en esta Hora en el Corazón Eucarístico de Cristo, Corazón de Hombre, Corazón de Dios.
Aunque todo mi Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad se encuentran contenidos en un solo pedacito de Eucaristía, lo que es especialmente, es mi Corazón. Lo que tenéis todos los días en el Sacrificio del Altar es mi Corazón. Si se hiciera carne la materia de la Hostia, sería un Corazón. (1) Juan vio, al reclinarse sobre mi Pecho, que lo que yo les daba (nota de Marga: Al comulgar en la Última Cena. Cfr. Jn 13, 25; 21, 20) era mi Corazón.
Ese Corazón, alimenta a la persona y hace, si su vida es pulcra, que lata ya no su corazón, sino el Corazón de Cristo en ella misma (cfr. Gal 2, 20).
«Arrancaré tu corazón de piedra y te daré un Corazón de Carne» (cfr. Ez 36-24-28). El Corazón de Jesús hecho Eucaristía.

Nota (1) A título de «dato interesante», podemos recordar que en el siglo VIII, en la ciudad adriática de Lanciano (Italia), durante su Misa, un monje dudó de la presencia real de Cristo bajo las sagradas especies. En ese momento el sacerdote vio cómo la sagrada Hostia se transformaba en carne humana y el vino en sangre, que posteriormente se coaguló. En la catedral se custodian estas reliquias. En 1970, por iniciativa del arzobispo de Lanciano, monseñor Pacifico Perantoni, y del Ministro provincial de los Conventuales de Abruzzo, contando con la autorización de Roma, los Franciscanos de Lanciano decidieron someter a examen científico las reliquias. El resultado de los análisis mostró: «La Carne es verdadera Carne. La Sangre es verdadera Sangre. Ambas pertenecen a la especie humana. La Carne está constituida por el tejido muscular del corazón. En la Carne están presentes, en secciones, el miocardio, el endocardio, el nervio vago y, por el relevante espesor del miocardio, el ventrículo cardiaco izquierdo. La Carne es un corazón completo en su estructura esencial.» En 1973, el consejo superior de la Organización Mundial de la Salud (OMS) nombró una comisión científica para verificar dichas conclusiones. Los trabajos se prolongaron 15 meses con medio millar de exámenes. Las conclusiones de todas las investigaciones confirmaron lo que había sido declarado y publicado anteriormente.